Enero 22, 2025

Consagrada la paridad para quienes seamos llamadxs a representar en escrito la Nueva Constitución que queremos para Chile, aún queda mucha tarea por hacer. No basta con hablar de igualdad, ya muchas han mostrado desde la experiencia, que un Estado más igualitario en lo social no desarma, necesariamente, las asimetrías de género.

La Constitución deber ser feminista, porque creemos que es urgente cambiar el modelo, sentar las bases para una sociedad donde lo comunitario tenga valor. Una sociedad que reconozca y resguarde su diversidad cultural, que confiere a la naturaleza el valor que nos interpela a cuidarla y preservarla, dejando de ser un bien de consumo. Buscamos una Constitución feminista que configure un Estado administrado de forma tal que la justicia y la equidad sean su norte, y toda acción que de él emane, permita a quienes habitan el territorio, vivir en Dignidad.

Nuestro actual marco regulatorio nos expone, y en esta exposición las mujeres en particular, sufrimos causas y efectos de un modelo, devastador, patriarcal y por tanto explotador y violento, pues, estamos más ligadas que los hombres a las tareas de subsistencia y cuidado, tareas consideradas marginales y sin valor en una sociedad que crece resguardando valores de mercado, volviendo todo bien un producto de consumo. Desde este lugar, queremos poner fin al Estado subsidiario que ha manipulado la igualdad, creando accesos preferentes igual de discriminatorios que el no tener acceso, pues nos obliga a competir en quien vive peor y generar estrategias de subsistencia basadas en el reconocimiento de la “vulnerabilidad.” Cuando aceptamos esto perdemos todo derecho de acceso a mejores condiciones de vida, junto al estigma y juicios de una sociedad, que cree que ser es “aparentar-tener”, discriminatoria y clasista, porque culturalmente, ha medido lo bueno y lo malo con esos lentes.

Pensar la Constitución en clave feminista es pensar cada principio, cada valor a redactar, desde la igualdad y la comunidad, en resguardo de la Dignidad. Garantizar derechos y accesos, y con esa base, establecer un Estado garante y no mero administrador. Esta clave feminista involucra un Estado que reconozca y promueva la diversidad de su territorio y de quienes lo habitan. Si esta nueva Constitución nos lleva a reinterpretar la ley y reescribirla que así sea.

Que la Dignidad reclamada en las calles deje de ser inconstitucional.

 

Nicole Cornejo, Feminista y Enfermera por una Salud Pública

 

 

 

 

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